Luego de una campaña sin programas de gobierno serios que permitan que el pueblo escoja la mejor opción; el pueblo con una pequeña mayoría, optó por el candidato que ofrecía un vivir con libertad y paz, que conlleva empleo, educación, vivienda, salud, solo de esta manera el pueblo podrá tener paz y libertad, entenderlo de esta manera hará que el nuevo presidente pueda trabajar en función de las grandes necesidades del pueblo.
El nuevo Presidente recibe un gobierno con graves y grandes problemas, como la pobreza, el empleo, la salud, la gran deuda externa, una galopante corrupción, problemas que el gobierno debe, de manera urgente, solucionarlos.
Los ofrecimientos de campaña, y por los cuales fue elegido, deben ser cumplidos, mejorar la economía, empleo, educación, salud, es la prioridad de este gobierno, atenderlos es prioritario, he ahí el gran dilema. La única forma de poder solucionar es tener los suficientes recursos, pues en una economía dolarizada, la única fuente de ingresos son: las ventas externas, es decir las exportaciones, y el cobro de impuestos. El nuevo Presidente ha ofrecido bajar los impuestos, es decir bajar ingresos, situación que le viene cuesta arriba.
Un dato importante es la disminución del índice de riesgo país, lo que hace que la confianza ante el mundo exista y las inversiones internas y externas crezcan, ojalá el nuevo presidente pueda cumplir con todos los ofrecimientos o por lo menos la mayoría. Considero que son dos las prioridades, la salud, a través de las vacunas contra el covid-19 y el otro el empleo, este ultimo importantísimo, porque fue el eje de su campaña. Es de esperar que el gobierno se rodee de gente honesta, transparente, idónea, técnica, no politiqueros, que vienen a chupar la sangre al pueblo, que solamente les interesa sus bolsillos. El pueblo está dispuesto a unir esfuerzos para que el país salga adelante; depende del liderazgo del nuevo presidente, de su honestidad, para que contagie a sus servidores. Es hora del cambio, hacia un país honesto, que la coima no sea el modo de vida de algunos funcionarios, todo depende de las decisiones que tome el nuevo presidente. No nos
queda sino desearle suerte y que la final del camino el único ganador sea el pueblo ecuatoriano.