Resulta por demás elocuente que la comunidad internacional se haga eco de lo que sucede en el Ecuador al presenciar semejante suceso político; su vicepresidente de vacaciones en la cárcel, digno de un libreto cinematográfico y que tristemente afecta la imagen e inversiones foráneas a este pedazo de territorio aquejado por la herencia de un mal gobernante que sigue convencido de la inocencia de sus colaboradores. La reformulación de cargos al Sr. Glas debería proceder para que la ley actúe como amerita y no pase por una acción más de tomadura de pelo a la población.