Varios líderes políticos están en el ojo de la justicia por presuntamente ser causantes e incitadores de la violenta manifestación que soportó la capital. La ex alcaldesa de Durán fue detenida y puesta a órdenes de la autoridad competente, que dicto prisión preventiva por asociación ilícita para la paralización de servicios rebelión y discordia. A ella se suma la prefecta de Pichincha.
Pero no son las únicas. Varios son los políticos que en su afán de pescar a río revuelto terminaron en el ojo del huracán, precisamente por instigar al caos y a la violencia. Algunos de estos personajes de la política ecuatoriana rápidamente pidieron protección en la embajada de México, que se ha convertido en gran aliado cuando esto sucede, recordando que un ex funcionario del gobierno anterior se encuentra con asilo político en dicho país. El tiempo pasa pero la justicia no olvida, todos estos pseudos dirigentes que auparon la violencia y el caos social, deberán responder ante la justicia, incluyendo al líder indígena que retuvo a policías, pidió a las bases que cierren los pozos petroleros e incitó a las Fuerzas Armadas a desconocer a la autoridad del Presidente Constitucional. Ni perdón ni olvido.