Es el grito de guerra, estribillo político, que el Presidente utiliza para cerrar sus discursos en las tarimas, en las sabatinas y desde el balcón presidencial. Pero resulta impropio, chocante, que al finalizar sus palabras solidarias con el pueblo sufrido, dolido, herido, sin comer, sin casa, con muertos a su alrededor, sobrevivientes del terremoto también diga: hasta la victoria siempre, en vez de pedir disculpas y perdón por no haber ahorrado, para gastos imprevistos, cuando fuimos ricos, a USD 100 el barril de petróleo.
El agravante imperdonable es que se gastó a lo loco. Estamos endeudados por años para pagar con el petróleo y más impuestos. Para en algo paliar la crisis, le recomiendo (no le ordeno como mandante, palabra que solo está en sus discursos) que elimine ministerios inútiles como el del Buen Vivir y otros por fusión con responsabilidades semejantes. Que ponga límite en el sueldo de la burocracia, por ejemplo USD 3 000, hasta por lo menos uno o dos años. Consulte con sus encuestadores, una familia de tres personas puede vivir decentemente con USD 1 500 mensuales. Suspenda sus viajes al exterior con decenas de comensales. Suspenda tanto gasto millonario en propaganda. Suspenda los generosos almuerzos belgas invitando a los que son y no son. Suspenda algunas obras inútiles. Venda los medios incautados que hace años ofreció.
Finalmente, suspenda las sabatinas, cuestan plata. Al respecto, no es cuestión de la oposición, sino de los ciudadanos deliberantes que apreciamos es propaganda y menosprecio e insultos a quienes no piensan como usted, presidente Correa.
Si hace bien las cosas, se ve, se siente, no necesita propaganda.