El impuesto inverso es la manera simple y efectiva. Todo adulto declara impuesto a la renta, y si uno gana menos que el sueldo mínimo, el estado garantiza la mitad de lo que a esta persona le falte para alcanzar el salario básico. El salario básico en el Ecuador es USD 386 mensuales. Bajo este esquema, una persona con cero ingresos recibiría USD 193 mensuales. Una persona con USD 200 en ingresos recibiría USD 93, y una persona con ingresos de USD 386 o más recibiría USD 0. Esto elimina la pobreza a través del subsidio, y al mismo tiempo no elimina el incentivo de aumentar ingresos por parte de los beneficiados.
Si suponemos que las 412 mil personas que reciben el Bono de desarrollo humano son aquellas que no ganan el salario básico, y que de estas nadie tiene ingresos (algo improbable), este esquema pudiera repartir USD 193 mensuales a todos utilizando el 56% del dinero del subsidio (presupuestado en USD 1700 millones). Si se añade lo que actualmente se gasta en el bono, se utilizaría solamente el 40%. Con este excedente de USD 1400 millones se pudiera bajar los impuestos del sector productivo para mejorar la competitividad.