El martes 20 de abril el Ministerio de Salud y Protección Social de nuestro país vecino Colombia, mediante el Decreto 507, permitió al sector privado importar vacunas contra el covid-19. Con una aplicación de 4 millones de dosis ante una población de 50 millones, esta medida representa el reconocimiento que la unión hace la fuerza: estado y empresa privada.
A pesar de múltiples bemoles como la negativa de Pfizer de no vender vacunas a privados, y la incapacidad del mecanismo Covax de la OMS que prometió ambiciosamente 2 000 millones de vacunas para la población más vulnerable en el mundo sin lograrlo aún, debo reconocer que esta medida asumida por los vecinos nos interpela como país: ¿Y en Ecuador para cuándo un decreto similar?