El Consejo Electoral está en una avenida de mucha circulación en Quito. Cada vez que hay elecciones las calles son ocupadas por los simpatizantes, adherentes o ‘barras pagadas’ de los candidatos y esto afecta a la ciudad.
Ahora, por ejemplo, los vecinos del sector – muchos somos de la tercera edad – no aguantamos el sonido estridente de trompetas que quieren hacer presión con bulla a favor un sujeto descalificado en el proceso de inscripción.
La pregunta es si el Observatorio Ciudadano del ruido dice o hace algo. Con los clarines no se cumplen los requisitos legales ni con las trompetas de la película de la antigua Roma, Ben-hur se gana una elección. Ya basta y el municipio no dice ni chus ni mus.