Con asombro e incredulidad leo permanentemente todos los insultos y peregrinas ideas sobre el Señor Trump y ahora sobre el Señor Bolsonaro en artículos escritos por varios articulistas del Diario El COMERCIO. Pienso que la misión de una columna debe ser guiar al lector con imparcialidad sobre asuntos relacionados a otros países. No porque personajes extranjeros no comulgan con las ideas socialistas de los articulistas tienen que tratarles como hace el Sr. Ortiz el jueves 1 de noviembre, calificando de brutos, de criminales y otros conceptos inadecuados a estos dos personajes que no necesitan que los califique un articulista ecuatoriano. Cuidado con caer en la trampa del odio y venganza sin razón.
Creo que las dos personas referidas, que dirigen países con serias dificultades de corrupción y desajustes económicos que infortunadamente son comunes a todos los países, no han hecho ningún mal a los ecuatorianos con sus actuaciones. Así que a escribir con talento y generosidad de espíritu, ofreciendo inteligentes opciones que ayuden a nuestro país a salir del sin salida en que está inmerso, causado precisamente por los socialismos corruptos y totalitarios que nos han aquejado y siguen aquejando.