Es impresionante como la actitud de la ciudadanía de Quito ha cambiado y permite que nuestras autoridades hagan y deshagan sin ninguna reacción de los quiteños.
Entre las cláusulas del contrato del Metro, debe existir una que corresponde al entrenamiento del personal del Metro y obviamente otra, que obliga al asesoramiento acerca de todo el sistema, previo a su funcionamiento.
Si no existe este tipo de cláusulas, es de responsabilidad y error de todos los concejos y asesores que han intervenido en el proceso; pues al momento es grave lo que debemos afrontar: asesoría de especialistas y tiempo adicional de espera del funcionamiento del Metro y obviamente más altos costos.
Hablemos, con franqueza: el deterioro por el que pasa la actividad de nuestro Concejo Municipal. Cuando Rodrigo Paz Delgado era nuestro Alcalde, reorganizó la administración municipal, a tal punto que el Alcalde de Guayaquil, Ing. León Febres Cordero le solicitó asesoría, y el señor Paz, en un gesto que le honra, a pesar de las diferencias personales y políticas, se la dio.
El Municipio de Guayaquil tiene alrededor de tres mil funcionarios, ha hecho una gran obra, mientras nuestro Municipio no camina y tiene veinte y dos mil funcionarios.
La razón es obvia, quienes han llegado al Concejo Municipal de Quito lo han hecho representando a pequeños grupos políticos, más les interesa promover a dichos grupos, que el desarrollo planificado y buen manejo técnico del Distrito Metropolitano.