Luego de que un personaje público, con la facilidad más grande del mundo, se quitó el grillete electrónico burlando, así, a las autoridades estatales y, sobre todo, al pueblo ecuatoriano surge la interrogante: ¿No será que, en todos los espacios estatales, aún rondan ciertos “miembros de la banda”?
Una de las respuestas a esa pregunta coincide con las declaraciones del Secretario Nacional de Comunicación -Andrés Michelena- cuando dice que en el sistema de gobierno están enquistados una serie de “topos correístas”; los cuales, de lo que se entendería son los encargados de proteger, tapar y/o disminuir el impacto negativo de las evidencias relacionadas a los actos de corrupción que, pensando en la esperanza de cambio nacional, traicionaron a una buena parte de ecuatorianos que creyeron -ahora se ve de forma demagógica y antiética- en la transformación socioeconómica sustentada en un gobierno que, durante diez años, se dijo ser de manos limpias y corazones ardientes.