La propuesta de Grant Wyeth, en la revista Quillette del 13 de septiembre de 2020, es que Trump es el producto de las contradicciones del fusionismo. El fusionismo nace como la contradictoria unión de las ideas conservadoras y liberales, que finalmente dieron lugar a una sociedad donde los cambios tecnológicos y culturales ocurren con una rapidez tal, que han resultado en la inseguridad laboral y cultural de quienes inicialmente la convocaron.
En la febril creencia de un Estado mínimo como el camino a la riqueza y bienestar y en el orden espontáneo, que opera bien en la química, pero mal en seres complejos como los humanos, los conservadores y republicanos fallaron al no entender que una sociedad en continuo cambio tiene consecuencias. Los fusionistas disolvieron aquellas redes de seguridad que un Estado pudo haber brindado para atenuar la pérdida de puestos de trabajo y la emigración de la producción a ultramar.
Esta gran inseguridad social, consecuencia del veloz cambio que impone el liberalismo económico, ha dado como resultado una nueva e inusitada forma de política autoritaria, caótica, volátil y populista. Esta amenaza con degradar no solo la cultura y estabilidad de una de las naciones más poderosas del mundo, sino también llevarse consigo al resto de “Occidente”.