Emergencia ante inundaciones
Todos los años, en el período invernal se originan cuantiosas pérdidas en los cultivos, y propiedades. Parecería, por la constante repetición, que ya debiéramos tener establecidos algunos planes para contrarrestar los efectos de las inundaciones, tales como, altura o desviaciones de carreteras y puentes, construcciones de viviendas sobre pilotes, escuelas y colegios construidos en partes altas, porque también son albergues para los damnificados; muros de contención, dispersión y encauzamiento de las aguas de los ríos, en los sitios poblados e importantes de la comunidad.
Es importante, la preparación de una cultura de prevención y de emergencia, almacenando elementos necesarios que ayudarían a la subsistencia de la población afectada. Al momento, campesinos se encuentran abandonados vendiendo sus pocos animales rescatados de las aguas, con el fin de tratar de subsistir; personas de la tercera edad que no pueden salir de sus viviendas inundadas por falta de ayuda, cosechas destruidas, animales muertos, falta de agua y comida en las zonas, en un ambiente presto a sucumbir por el cólera u otras enfermedades. Escasean los medios de movilización y comunicación, lo que disminuye y pierde el control de las zonas inundadas para tomar acciones.
Desde enero, cuando comenzaron las inundaciones, siguen nuestros campesinos y pobladores de las zonas inundadas con muy poca atención. Es necesario que las autoridades de educación, de salud, de riesgos, meteorológicas y entidades de ayuda en siniestros se unan para atender esta emergencia y que en el futuro se establezcan normas de prevención, ayuda emergente, rehabilitación, pensando en el futuro y la reconstrucción.