Hace unos días en la Universidad Central, se dieron cita sinnúmero de personas de todo viso social y político para rendir justo homenaje a la Dra. Isabel Robalino Bolie, que con admirable firmeza ha llegado a la cumbre de los cien años. La prensa y otros medios se han hecho eco del acontecimiento mediante comentarios de gran justeza y singular aprecio.
A la homenajeada, pueden aplicarse estas palabras bíblicas: “¿Quién hallará una mujer fuerte?: su precio es con mucho, mayor que el de las perlas”. Desde los años mozos brilla una estrella deslumbrante de gran destello. Alumna del Colegio Mejía y luego de la Universidad Central; emprenderá una carrera ascensional por el camino de las letras, de la Jurisprudencia, de materias sociales, hasta trocarse en una dama de gran alcance intelectual y cívico. La política no le será extraña, y desde su curul legislativa expondrá con claridad su honda preocupación por el bien común y el alivio de los menesterosos. Precisamente a ella se deben muchas de las iniciativas tendientes en pro de la gente desposeída, tanto de los bienes de la cultura como de la opulencia. Con espíritu de depurado cristianismo, ha tenido la misión de velar para que reinara la justicia y tener una vida digna, según los dictámenes de la Iglesia y su propia convicción cristiana. No poco ha influenciado su relación con la Comunidad Dominicana que le ha brindado enseñanzas y senderos de eximia espiritualidad. En este tiempo su conciencia le ha insinuado dejar la bien merecida tranquilidad para entregarse de lleno, con selecta compañía de varones ilustres, a enderezar caminos torcidos para que prevalezcan la honradez y la justicia. ¡Loor a dama de tan altos quilates cívicos y espirituales!