Me permito, con el debido respeto, transcribir textualmente, la primera parte del estupendo artículo “La agonía de la democracia”, del destacado columnista Lolo Echeverría, a quien felicito por su valentía y frontalidad.
“¿Cómo es posible que los ladrones, los autoritarios, los violentos, tengan posibilidades electorales? La llamada revolución ciudadana en Ecuador debería tener menos del 1% de los votos, el voto correspondiente a los beneficiarios de la tragedia y, sin embargo, puede estar en segunda vuelta y ganar las elecciones. La degradación de la democracia ha hecho posible que participen en política los condenados por la justicia, los prófugos, los incendiarios. No hay piedad para los ciudadanos honestos. Media docena de candidatos provienen de partidos que fueron parte de la revolución ciudadana y del morenismo. No son parte de la solución de los problemas nacionales, solo del negocio electoral. Un solo partido ha propuesto reformas de fondo para mejorar las reglas de la democracia ofreciendo más participación a los ciudadanos, los demás se aferran a la vieja política o proponen demoler lo que queda en pie…”
Señores del TCE y CNE, por favor, lean esto. Este es un llamado a la conciencia de ustedes. Más allá de sus simpatías y afiliaciones políticas, tengan un algo de compasión con nuestro país. No lo pongan en manos del corrupto correato. Sufriremos, ¡Dios no lo permita!, un nuevo lodazal de corrupción y latrocinios. Ustedes serán los únicos culpables y la historia los juzgará.