Sabemos lo complejo que es, que ha sido, nominar a los altos servidores de los gobiernos que han manejado al país los últimos años. Incapaces, corruptos, comprometidos en lo político y otros intereses. Pero hace unos años vino a ocupar uno de los más altos cargos de la Administración Pública, la Fiscalía General de la Nación, una mujer: la doctora Diana Salazar.
Si existió al comienzo una duda sobre el desempeño de su misión, con el correr del tiempo demostró con sus conocimientos, capacidad, honestidad y fortaleza en su gestión la evidencia tan grande de sus cualidades. Uno tras otro fue mostrando el singular ejemplo de lo que significa, de lo que es tan necesario para el correcto manejo de las fórmulas y leyes que los gobiernos deben mantener e implantar durante todo el desarrollo de sus funciones. Fue y es un ejemplo. Todos los ciudadanos que tenemos algo de conocimiento y pensamiento abierto lo sabemos. Admiramos y felicitamos a la doctora Salazar y en grado sumo nos sentimos orgullosos de ella. Felicitaciones doctora Diana, que Dios la bendiga.