Desde el inesperado resultado de las elecciones del 2 de abril y el manoseo por parte del CNE de los escrutinios, había decidido llamarme a silencio por un tiempo hasta ver que iba a pasar en el país. Y la verdad que pasar, lo que se dice pasar no ha pasado mucho. La sombra del ex presidente Correa parece querer extenderse sobre el gobierno de Lenín Moreno ya directamente ya a través de AP. Sin embargo, debo reconocer que intentos hay por parte del actual gobernante de separarse aunque sea de las formas de su antecesor, hoy me sorprendo con el diálogo nacional por decreto dispuesto por el Presidente ya que no creo que se pueda dialogar por decreto. Desde la vieja Grecia, el diálogo era la forma en que los políticos dirimían sus diferencia, además de servir para tender puentes entre el gobernante y la oposición y con el pueblo mismo. Platón el gran filósofo griego al recoger en sus diálogos las doctrinas y conocimientos de Sócrates nos enseñó que solo se podía llegar al conocimiento del alma y del hombre a través de los diálogos. Desde entonces la manera superior del hombre de relacionarse consigo mismo y con los demás se basa en el diálogo. Con el devenir de los tiempos el diálogo es la forma que el hombre tiene de interactuar en sociedad y en política. El gobernante tiene la obligación de dialogar con todos los estamentos que representen a la sociedad haya o no votado por él ya que gobierna para todos. Al parecer el Lcdo. Moreno se encuentra predispuesto a basar su gestión de gobierno en el diálogo con todos los sectores que representan al país en su gran conjunto. Claro que para hacerlo no se necesita un decreto sino un gran espíritu conciliador para dialogar con los representantes de la ciudadanía y con la oposición más aun cuando esta obtuvo, al menos, un 49% de la votación. Ojalá y Dios quiera que el ánimo del presidente Moreno sea sincero y haya un permanente diálogo con todas las fuerzas políticas, sociales y económicas para tratar de salir de la crisis que dejo el largo, larguísimo período presidencial de Correa y que haya respeto y se castigue la corrupción que, al parecer, existió en la larga década pasada. Solo así Presidente, dejará su impronta en la historia de la patria.