Como si fuera poco el desastre económico y físico causado por el coronavirus que está sufriendo el país, la alcaldesa de Guayaquil avergüenza mundialmente a los ecuatorianos que están por todo el mundo.
La verdad es que a muchos el poder les queda muy grande, ¿cómo fue posible que a esta autoridad se le ocurra impedir de forma tan absurda el aterrizaje de un avión cuando había tantas soluciones más decentes y humanas?
Entre otras, por ejemplo, permitir que esa tripulación entre a sala VIP, se le facilite aseo y alimentos mientras se desinfectaba el avión y luego se los regrese junto con todos los extranjeros que desesperadamente esperaban para regresar a sus países.
A esa autoridad se le cayó la corona y se quedó con el virus. Porque desgraciadamente el país tiene esas autoridades es que se mantiene en un doloroso estancamiento.