Los castillos, a más de dar el nombre a la región dominante de España, por ser muy numerosos, constituyeron verdaderos símbolos de poder nobiliario; reyes, condes, duques, mandaron a edificarlos, primero con fines de defensa militar, y luego para sus respectivas residencias ; no obstante el sistema feudal primitivo del Reino de Castilla que perduro muchos siglos, permitió a cualquier campesino de oscura extracción, que tenga una “covacha” y un “caballo” auto denominarse noble, cuyas tierras, servían para el engrandecimiento de su “linaje”, en desmedro del potencial agrícola, del sistema productivo de Castilla. En Cataluña, la reconquista hizo, que colonos azuzados por caballeros franceses, motivados por sembrar el odio religioso en la península, en busca de botín y guerra, se unan a la causa de la expulsión musulmana, poblando tierras de esta región y formando micro propiedades agrícolas, derivando en un feudalismo siempre tendente a evolucionar hacia el capitalismo, de la mano de un espíritu de asociación gremial que se desarrolló más adelante (industria textil), y gracias a que se encontraba lejos de la férula inquisitorial, impuesta por la Iglesia en el resto de España; más allá de su lengua o sus raíces, es probable, que los catalanes, estén abrazando el acontecimiento de la reconquista, para despertar y agitar un nacionalismo inspirado en la prosperidad económica.