Desde ya se barajan nombres de derechistas, izquierdistas, populistas para intervenir en las elecciones futuras a la alcaldía de Guayaquil, que ahora sí merece el calificativo de Perla del Pacífico, y desde ya le recordamos al pueblo que debe reflexionar para no elegir a quienes la convirtieron anteriormente en perla del desastre, del abuso, del insulto.
Las nuevas generaciones deben saber que hubo alcaldes que se protegían con bandas paramilitares como Los pepudos, Los pelados y Los castradores para imponerse por la fuerza y no por la razón y el derecho. Vendieron hasta las vías públicas a diez sucres el Metro cuadrado, como sucedió con la avenida Constitución. Enrolaron en el Municipio a miles de “pipones”, que cobraban sin trabajar porque pertenecían al partido que gobernaba y apoyaban en las manifestaciones; además desaparecieron casi todo el parque automotor.
Crearon municipios paralelos integrados por tramitadores, falsificadores y expertos en pedir coimas. Saquearon el Municipio, lo dejaron sin agua, sin teléfonos, sin máquinas, sin muebles, quedó el edificio pelado porque no podían también llevárselo. Estas pesadillas son historia. Guayaquil se encumbró como el ave Fénix y progresó gracias a sus buenos alcaldes.