En las últimas semanas el país ha venido enfrentando una de las peores crisis sanitarias de toda su historia. Tal es el poderío letal del covid-19 que en poco menos de tres meses ha cobrado la vida de más 10 000 personas a nivel mundial. Los más desprotegidos, vulnerables y propensos a sufrir una muerte por este virus, son nuestros seres amados, como nuestras madres, padres, abuelitos y abuelitas. Pero pese a estos datos, el amor de una madre y un padre es grande, porque lo que les angustia más es que sus hijos contraigan este virus más que ellos. Este momento de crisis nos une el sentimiento de cariño y preocupación por nuestros seres queridos. Muchos respetamos las indicaciones del Estado quedándonos en casa, porque si nosotros como hijos contraemos el virus, contagiaremos a nuestra madre o padre y si alguno de ellos ya tiene una enfermedad crónica, tal vez los perdamos para siempre. Madre, padre e hijos, solo tienen una vida y tenemos que aprovechar cada momento a lado de ellos. De igual manera seamos empáticos con la otra persona, porque ella tampoco quisiera perder a sus padres.