No es nuevo observar conductores que exceden los límites de velocidad en las madrugadas dentro del Distrito Metropolitano de Quito, se podría comparar a pistas de carreras ya que muchos de ellos se creen pilotos de fórmula uno, dañando propiedad pública y privada, incluso causando accidentes de tránsito que afectan a terceros, que nada tienen que ver con su indebido consumo de bebidas alcohólicas, las mismas que limitan sus capacidades físicas y cognitivas para poder desarrollar un conducción optima y precavida, estando siempre a la defensiva.
Estos desacatos a las leyes de transito están presentes en nuestras vidas diarias, lo visualizamos a los alrededores de las universidades, parques o centros de entretenimiento. Los conductores irresponsables, violan las leyes de tránsito y abusan de la velocidad poniendo en riesgo sus propias vidas y la de los demás.