EL PAPEL DE LAS UNIVERSIDADES
José M. Jalil Haas
Las universidades, en cualquier país del mundo, tienen un papel fundamental en el desarrollo y en la estructuración de la sociedad. No hay desarrollo sin la participación de profesionales aptos y bien formados, tanto en el campo técnico como en el campo social. Los conocimientos que se imparten son parte de la obligación de la Universidad, el confirmar que los profesionales que salen al mercado tienen los conocimientos técnicos o sociales suficientes y necesarios es una obligación de los centros educativos. El lanzar a actuar en la sociedad a profesionales débiles que, a la menor presión de su filiación política o de la tentación de dinero fácil, abjuren de sus principios, es de por sí una irresponsabilidad para con la sociedad.
Si los centros de educación superior asumieran su responsabilidad en los casos en que cualquier profesional demostrara un claro desvío respecto de sus conocimientos o de su rectitud moral, deberían retirar los títulos obtenidos en sus aulas. Es la única manera de impedir que sigan actuando con falta de decoro y con desprestigio para la profesión y para el centro que le otorgó el título.
Actitudes firmes como esta sugerencia van a evitar que muchos de los profesionales que han mostrado que sus conocimientos son nulos (caso del juez de Manglaralto y del Juez Moreira por ejemplo), o que para ellos sea más importante su filiación política que el derecho mismo (los mismos jueces), deberían ser un ejemplo del decoro de las universidades en tomar acciones en que reconozcan su error y que eviten mayores perjuicios a la sociedad quer sostiene esos centros de educación superior.
ANALOGÍA
David Ernesto Ricaurte Vélez
En 1919, luego de Versalles, Alemania era un hervidero de grupos extremistas, tanto comunistas como una derecha recalcitrante. En el poder los Republicanos, eran objeto de virulentos ataques por parte de estos grupos, quienes los calificaban de anodinos, traidores, incompetentes, etc. Los dirigentes republicanos tuvieron que recurrir a los tribunales para defenderse de las imputaciones calumniosas, de donde normalmente salían mal parados. Las calles de muchas ciudades alemanas eran escenarios de huelgas, paros, peleas, crímenes.
El resto ya lo sabemos: quien tomó el poder a punta de demagogia, sometió a ese gran país a extensas purgas internas terminando en su casi completa destrucción. Salvando profundos detalles, observo paralelismo con lo que ocurre en nuestro país, donde dos fuerzas políticas antagónicas se unen para atacar, acorralar al gobierno de turno, ¿por qué? Mi opinión es que sencillamente lo hacen por oscuros intereses personales. Luego que tiren el gobierno abajo, seguirán los problemas, porque esas fuerzas chocarán irremediablemente ¿por los pobres? ¿por ideología?, NO, sino buscando apoderarse de los recursos del país. ¿Los culpables? Mira en un espejo, al que una y otra y otra vez le da el voto a los mismos que se han enriquecido en el ejercicio del poder. No aprendemos, o no pensamos.