Cartas al director /10 de octubre del 2021

Asamblea, ¿inservible o qué?

Para los investigadores científicos en especial los que han topado el tema “cultura” que impacta en todos los sentidos a la sociedad Ecuatoriana, a lo largo de la historia republicana nuestra cultura nos está matando, y está presente en todo lo que hacemos, pensamos y en todos los ámbitos…

Si nos trasladamos a otros países en especial a los desarrollados, encontramos diferencias abismales, en ver como nuestra población actúa, piensa y resuelve sus problemas, que se diferencian con los niveles de desarrollo con tecnologías avanzadas y los que no tienen como la nuestra.

El impacto de la Cultura en Ecuador y en toda América Latina es abismal, esto se ha reflejado en cómo los gobiernos de nuestros países han dejado en la quiebra por la corrupción y malos manejos, y levantarnos requerirá de decenas de años para encausarnos al desarrollo. Y la Asamblea ecuatoriana actual, no se aleja de esta realidad, tenemos mediocridad de elementos, otros son corruptos, y lo que es más otros están metidos en la cabeza en eso de “Inconstitucionalidad”, que es el arma o escudo para oponerse y que a la postre no permite el progreso, quieren ver resultados en apenas 4 meses, cuando los resultados deben verse en 2, 3 años o tal vez décadas. China esperó 60 o más años para tener el nivel que hoy tiene.

Muchos asambleístas actúan no por ver al país mejor, solo ansían alcanzar sus réditos políticos, aun cuando el país se hunda, actúan con envidia de ver un plan sobrio que tiene objetivos y caminos ciertos que pueden beneficiar al país y su población, parece muchos asambleístas no ven más allá de la zanja, y devuelven el Plan de Desarrollo Económico y Oportunidades de Guillermo Lasso, y por algo Santa Marianita dijo que el país no sucumbirá por terremotos sino por los malos políticos. Es por esto que el país no progresa por la pugna entre pseudo políticos que quieren llevar el agua a su molino, mientras el país clama por trabajo, y Estados Unidos ha progresado por su trabajo, disciplina, investigación y tecnologías creadas, sobre todo por su ideal y compromiso de su gente de todos los países del mundo, cuya cultura los lleva alhorizonte y meta, de su empuje que nueve al mundo. Tiene el trabajo por horas y la gente le gusta esto y no se empecina en que tiene que jubilarse.

En Ecuador hay mucha gente capaz que un buen número de asambleístas que con los actuales no llegamos a nada, mejor sería que Guillermo Lasso disuelva la Asamblea y gobierne como quieren el 75% de la población ecuatoriana.

Carlos Puga Valencia

Incentivo jubilar

Este importante logro que es un bono de reconocimiento al trabajo realizado en el sector público, adicional a la jubilación del IESS se ha vuelto como un sueño inalcanzable de cobrar.

Si topamos el tema de los Docentes Jubilados del Ecuador, según últimos datos emitidos por la Presidenta de la Coordinadora Nacional de Maestros Jubilados, hay aproximadamente unos trece mil jubilados impagos. Han pasado uno, dos, tres años sin recibir este reconocimiento económico que es justo y merecido frente a los años entregados en trabajo al Estado.

Hay situaciones bastante difíciles dentro de este grupo ya que también hay Docentes Jubilados por enfermedades catastróficas, y por invalidez, lamentablemente en la espera de recibir los pagos muchos han fallecido.

Personalmente estoy dentro de estos grupos de vulnerabilidad y ciertamente no veo la hora, ni el momento de agradecer, y reconocer la gestión del Estado frente a esta dura situación.

Al parecer las intenciones del gobierno a través del Ministerio de Trabajo, Educación, Economía son buenas, hemos visto que buscan estrategias para solucionar la liquidez económica que en época de pandemia se agravó aún más. Sin embargo, las promesas de pago llegan a cuenta gotas, el tiempo pasa, las enfermedades avanzan, los compañeros fallecen, las necesidades y deudas crecen, mientras nuestros dineros están congelados y sin fechas de un posible pago.

Nos olvidamos que en la Constitución de la República del Ecuador se garantiza el goce de los derechos como la salud, por tomar un ejemplo en este caso, ya que todos de una u otra manera necesitamos atención médica, medicamentos y el dinero no tenemos, y la espera se hace larga.

Lejos estamos de aplicar un contexto sano y armonioso del buen vivir ya que de promesas no se vive.  

Ivonne de las Mercedes Pazmiño Proaño

La predestinación

La predestinación es la destinación que se concreta con anterioridad a algo. El concepto se utiliza en el ámbito de la religión para nombrar al designio de Dios que selecciona, a través de la gracia divina, a las personas que alcanzarán la gloria.

Según lo descrito significaría que tenemos desde antes de nacer un destino predeterminado; es decir, en qué lugar vamos a nacer, quiénes serán nuestros padres, hermanos, familia en general y de esa manera está previsto de antemano cuál va a ser nuestra vida futura.

Si recogemos lo expuesto resultaría entonces que podemos nacer en un hogar de excelentes comodidades, que nunca vamos a sufrir de escasez, lo que decimos los nacidos en cuna de oro; o si nacemos en un hogar de mediana economía, donde no hay holgura, pero tampoco pobreza; es decir, hablamos de esas familias que se esmeran porque no falte el alimento, la educación para sus hijos y el cubrimiento de las necesidades más acuciantes; pero, qué sucede si el destino ha llevado a la mayoría de la población a nacer en un hogar humilde, privado de las necesidades mínimas, donde ha proliferado la descendencia y no han logrado abrirse campo en la vida y va a ser ese segmento gigantesco que pulula por las ciudades sin tener trabajo y a la espera de la caridad pública, deambulan cargados de sus niños implorando un caridad, sin ser atendidos, ni siquiera mirados por la generalidad de la población, peor aún esperar alguna ayuda concreta de los gobiernos.

Se podría decir entonces que los seres humanos estamos expuestos a una suerte de circunstancias para que aparezcamos en algunos de esos segmentos, pero entonces dónde están aquellos atributos y condiciones que nos exigían en nuestra juventud, si habíamos nacido en un hogar como se conocía de clase media, que para salir adelante teníamos que trabajar y estudiar simultáneamente y esforzarnos por sacar una profesión y abrirnos paso en la vida con un trabajo digno y concientizábamos que para nuestros hijos y nietos queríamos que no padecieran las necesidades, que a lo mejor nosotros tuvimos y nos esmerábamos en propiciarles la mejor educación posible y sentar firmemente los principios que nos inculcaron nuestros padres.

Los de la honestidad, la integridad, la solidaridad y bueno tantas otras condiciones que queríamos sirvieran para lo que decíamos que sean hombres y mujeres de bien.

Me parece que en el momento actual se han trastocado todos esos valores y ya no constituyen principios de vida, sino que más bien las sociedades se han convertido en sedientas de poder y de buscar un espacio en la vida, sin ningún esfuerzo, sino quizás a base de audacia y una mediocridad sin límite, lograr sobresalir sin mérito alguno que los adorne. Qué triste que estemos sumidos en esos espacios de confusión y desazón.  

Hernán Patricio Orcés Salvador

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