Como siempre, la política arde antes de una elección presidencial. Ahora, las acusaciones entre los candidatos y sus aliados van y vienen y nos producen hartazgos mentales. Los periodistas deben ser objetivos, acercarse a la imparcialidad.
¡Ah, las redes sociales!… Decía Umberto Eco que las redes sociales le dan derecho a hablar a legiones de idiotas que antes hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Entonces eran rápidamente silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un Premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles.
Nosotros creemos que las redes sociales han reemplazado a los grafitos, pero no con ingenio sino con vulgaridad, montajes obscenos, calumnias, palabras procaces.
Hoy, los corruptos (algunos con sentencias ejecutoriadas) salen a decir lo que antes callaron, como para justificarse que ellos no actuaron solos. Prenden el ventilador y lanzan todo sin pruebas, sin documentos. El pueblo cada día se confunde más y más con ciertos inmorales, que como tales, pretenden dar lecciones de moral.
De tanta información que se lee o escucha, hay que tomar lo probado para de acuerdo con nuestras conclusiones tomar decisiones importantes para la democracia ecuatoriana.