Parece que el gobierno, con el presidente a la cabeza, cree que los ecuatorianos somos bobos. Pretender justificar un pago mensual irregular al señor Lenín Moreno aduciendo que es “un honor para el país” su papel como Comisionado de la ONU, es un atropello a la inteligencia: no se cuestiona lo honroso o no del cargo, sino que el erario nacional pague ese salario de forma irregular. El absurdo argumento de que sus emolumentos “son parte de lo que se debe pagar cada año a la ONU” sugiere que se aplica un sistema de trueque en el que una parte se abona en efectivo y otra parte con un doceavo de Moreno cada mes, lo cual es un portento de la Revolución Ciudadana, inédito en el ámbito público.