Presidente, después de más de 35 años de servidor público, y con más de 60 años de edad, acabo de tomar una decisión importante en mi vida: jubilarme. Ha sido una decisión por demás difícil, mentalizarme de quedar sin laborar.
Pero tengo mi familia, que en todo momento me ha apoyado. Porque le cuento esto, Presidente, a través de esta carta pública, por lo siguiente:
Por lo anotado, tuve que realizar algunos trámites, que no estaba consciente de que significaba la burocracia, pues siempre me diferencié del resto en hacer mis trabajos con pasión, eficiencia y eficacia. Pero miren me encuentro que todo es tramitología. Ha transcurrido más de 30 días y aún no me liquidan algunos haberes. El trámite no lleva más de un día. Aquí me di cuenta por qué la ciudadanía tiene el peor concepto de la administración pública.
Pero ¿cuál es el pretexto de la demora? Que Finanzas no realiza las transferencias por falta de recursos, desde el mes de noviembre del año anterior. Presidente, le comento porque creo que existe una incoherencia con lo que usted dice y con lo que sucede. No me han contado, lo estoy viviendo.
Presidente, es posible que usted no sabe lo que sucede, lamentablemente no se tramita estos pequeños pagos. Por favor, interponga sus buenos oficios ante las autoridades de Finanzas para que se transfiera los recursos para pagos a terceros. No creo que merezco este trato, luego de una entrega total de servicio a los más grandes intereses de este, mi país.