La involución del IESS

El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) debe ir más allá de reformas coyunturales del momento, que buscan sostener un modelo populista nada solidario ni de calidad que ofrezca mejores servicios al mayor número de ecuatorianos que contribuyen a la Seguridad Social y a la generación de riqueza, que son capaces de hacer verdaderas transformaciones.

Basta mirar el mundo para cerciorarnos de que el desarrollo de la democracia está en relación directa con la evolución del sistema de Seguridad Social de todos los países. Vivir con el temor de que las contingencias sociales puedan perturbar la seguridad de la gente no debe poner en duda el carácter “democrático” de ningún país.

La solidaridad, integridad, unidad, universalidad, economía, oportunidad, eficacia y suficiencia son principios fundamentales que permiten enfrentar con seriedad las contingencias de las personas.

El Estado tiene la obligación de garantizar el derecho a la Seguridad Social y debe aportar cuando las personas están activas para que luego puedan tener una pensión digna. Además, debe garantizar la salud de las personas con una atención eficiente.

El artículo 237 de la Ley de Seguridad Social establece que el 60% de las pensiones de sus afiliados será cubierto por el IESS y el 40% por el Estado. Eliminar este artículo de la Ley donde el Estado tiene la obligación de pagar este porcentaje llamado “fondos previsionales” para cubrir las pensiones y garantizar la vida de jubilados y afiliados, eludir esta responsabilidad no tiene base legal alguna y provocará el desfinanciamiento del fondo de pensiones que deberá ser cubierto por afiliados, empleadores y jubilados. Es decir, del 9,74% subirá al 12,67% y el aporte total del IESS pasará al 23,53%; la base del cálculo de las pensiones pasará de 5 a 15 años lo que reduce el monto de la pensión y el alza de pensión anual que hoy es del 16% sería solo del 4 al 7% como máximo.

Desde el 2002 el IESS reclama al Estado el pago de USD 1 700 millones por atención médica a pacientes con enfermedades catastróficas con el fin de mejorar la atención de salud a sus afiliados y jubilados según informe de la Contraloría y varios compromisos gubernamentales. Hoy dicen que no deben un centavo. El Estado es el más grande moroso con el IESS a quien acude en los momentos de apremio.  

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