Hay que cuidar de no consolidar en el imaginario una idea, como la de ser ateo o politeísta -en nuestros países occidentales- como si se tratase de una tendencia, haciéndola popular sin base social de sustento. Nuestra cosmovisión es la de pueblos creyentes. Estamos próximos a recibir la visita de SS el papa Francisco, un hombre que ha buscado ecuménicamente, sin violencia, unir a la humanidad, con una religiosidad que evita actitudes negativas -parafraseando a un conocido académico e investigador autoidentificado como ateo, de quienes, como él señala, creen en sí mismos. Recordemos, frente a estas ideas destacadas mediáticamente hace pocos días, a científicos que no han sido neutros con respecto a Dios: Leopold Kronecker, autor del libro ‘Dios Creó los Números’, en el cual Stephen Hawking desarrolla las biografías de eminencias de las matemáticas de todos los tiempos, y Albert Einstein, para quien “la ciencia sin religión es paralítica, y la religión sin ciencia es ciega”.