Los afiliados, trabajadores en general y de manera especial los jubilados, vemos con asombro y preocupación, que permanentemente se cambian a las principales autoridades del IESS y preferentemente al representante del Ejecutivo, el presidente del Consejo Directivo. ¿Por qué y cuál es la razón para esta equivocada política de Estado? ¿Tal vez, la experiencia de malas administraciones, por nefastas y corruptas, cómo las de Ramiro González y Richard Espinosa, obligan a ello? Estas dos las llevaron al Seguro Social por senderos obscuros . No es posible que todo el tiempo estén al frente elementos improvisados y que no conocen absolutamente nada de Seguridad Social. Las improvisaciones y desaciertos tienen un precio muy alto y conducen al fracaso. Hay un clamor general de todos los que dependemos de esta institución por una mejor atención médica, entrega oportuna de medicamentos y por pensiones jubilares dignas y razonables.
El IESS es una institución eminentemente técnica y se constituye hoy en día en la única capaz para el ahorro nacional y como tal tiene que ser administrada por consultores y expertos en seguridad social, que en el país sí los hay, como es el caso, entre otros destacados personajes, del eminente jurista y exlegislador nacional, el Dr. Marco Proaño Maya, quien además, se ha erigido en el único y verdadero defensor de la clase jubilar del país, como lo ha demostrado a lo largo de su brillante trayectoria política, luchador incansable en foros nacionales e internacionales y autor de valiosas obras sobre Seguridad Social.
Señor Presidente, me permito sugerirle, a través de este espacio pluralista y democrático, con el mayor respeto y el derecho que me asiste por la libertad de expresión y en mi calidad de jubilado, el nombre del citado profesional, para regir los destinos del IESS, por su capacidad, conocimientos y amplia experiencia y el único llamado a sacarlo de este marasmo en el que por desgracia permanece desde hace muchos años. El Seguro Social no puede seguir transitando por períodos de inestabilidad administrativa, política y económica-financiera, lo que lamentablemente ocurre en el actual Gobierno.