En la década de los años 20 (siglo XX), nacen los primeros intentos para crear un seguro general obligatorio, con la “Ley de rentas para jubilaciones de instrucción pública”. Con el andar del tiempo se buscó extender el régimen a todos los empleados públicos y es así como por “Ley de jubilación, montepío civil, ahorro y cooperativa”, de marzo de 1928, se crea la llamada Caja de Pensiones; es decir, el Seguro Social, para la cobertura de riesgos de invalidez, vejez y muerte. Hoy lo conocemos como IESS, la institución más noble y paradigmática que tiene el país y el único patrimonio de las clases más desposeídas, que nació un 13 de marzo de 1928, fecha que, lamentablemente, ha pasado desapercibida por sus autoridades y el propio Gobierno.
Más allá de esta reseña histórica, la institución y por diversos motivos, atraviesa por la peor crisis de toda su historia. Por un lado, la mala aplicación de sus propias normativas, le han llevado a un maltrato sistemático y permanente, cuyas víctimas son sus propios extrabajadores, cuando de manera ilegal se desconocen los beneficios consagrados en el vigente Contrato Colectivo de Trabajo a Nivel Nacional de agosto de 1994, como son las indemnizaciones no pagadas y la concesión de la jubilación patronal en su parte proporcional, para miles de extrabajadores.
De otro lado, están los abusos y atropellos incesantes de este Gobierno, al eliminar el 40% de aportación para el financiamiento de las pensiones jubilares, poniendo en gravísimo riesgo a las actuales y futuras generaciones de jubilados y el abusivo desconocimiento de la deuda de más de USD 1 800 millones que el Estado mantiene con el IESS.