Elección, Estabilidad y Orden

El Dr. Camilo Ponce al regresar de la Conferencia de San Francisco de 1945, en la que suscribió la Carta de las Naciones Unidas en representación del Ecuador, presentó su renuncia al Cargo de Canciller. En dicho documento indicó que el Ecuador necesitaba de seriedad y estabilidad por encima de cualquier otra virtud social. Dicha afirmación parecía diagnosticar la verdadera causa del atraso ecuatoriano, que persiste hasta hoy: la inestabilidad y el desorden.

La estabilidad permite la planeación en el sector privado, con bajos niveles de riesgo o variación del resultado esperado. Esto motiva a las personas a emprender, independientemente de la cantidad de dinero con que lo hagan. Así se crea empleo, elevando la calidad de vida del pueblo.

El orden le permite a la autoridad realizar ajustes sociales necesarios para alcanzar el bien común, de manera organizada, planificada, respetando los derechos humanos, alcanzando máximos niveles de eficiencia en su acción, sin caer en la trampa del populismo o de la mentira revolucionaria.

En el marco de unas nuevas elecciones seccionales, los partidos y movimientos políticos deberían alcanzar un acuerdo común, más allá de sus diferencias ideológicas y de los resultados electorales: impulsar la construcción de un Ecuador sostenido en la estabilidad y el orden, como pilares esenciales del progreso de un país.  

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