Los ministerios de Educación, Cultura y Deportes, conjuntamente con los municipios a través de entidades como, la Casa de la Cultura, el Conservatorio Nacional de Música, la Concentración Deportiva de Pichincha, encargadas de promover el desarrollo social, cultural, deportivo de la niñez, deberían estudiar la posibilidad de crear Centros Educativos Satélites con una visión científica, filosófica y lúdica, donde se impartan clases de pintura, teatro, música, literatura, actividades deportivas, etc.; estos deben ser construidos previo un estudio geo-estratégico, con la finalidad de que su radio de acción abarque un importante sector de la comunidad estudiantil: a priori, puede parecer una utopía, por ser un proyecto incompatible con nuestra realidad socioeconómica, pero si se lograra materializarlo, estaríamos dando un paso gigantesco en la formación integral de nuestros jóvenes; los mismos que encontrarán en estos espacios de aprendizaje, herramientas disuasivas a la cultura del entretenimiento (televisión, Internet, celulares, videojuegos), de cuya doctrina han hecho un credo nuestros hijos.
El propósito debe fundarse, como una política complementaria a la reforma educativa que contempla la restricción en los horarios para la realización de las tareas en los hogares. Estos centros educativos permitirán, a muchos niños y jóvenes, transitar por caminos insospechados y descubrirán aptitudes y talentos edificantes para su desarrollo al no estar represados por un sistema educativo académico riguroso, que premia una evaluación global.