A propósito del anuncio oficial de la Asamblea Nacional para aprobar 36 nuevos códigos y leyes en el año 2016, amerita plantear algunas reflexiones:
El número de leyes en sí mismo no es un problema, si todas cumplieran con las condiciones de importancia y mérito para el progreso y desarrollo del país, y que sean de corto contenido y fácil comprensión para el ciudadano común.
En el país, las leyes vigentes no se ajustan a una estructura consistente, orden lógico y uniforme, pues deliberadamente contienen: decenas de considerandos, libros, títulos, capítulos, secciones, partes, parágrafos, acápites y otros.
Casi ninguna ley tiene un sumario o índice que permita un mejor acceso, comprensión y segura aplicación. A esto, debemos añadir términos no usuales, cuadros, fórmulas, gráficos, etc., tornándose difícil o imposible su entendimiento. Sería conveniente simplificarlas, y ordenarlas por ámbitos, ejemplo: producción y empleo en una sola.
Como cada ley requiere de reglamentos, acuerdos, resoluciones, circulares, el panorama es mucho más complejo. Y se agrava por la falta de acceso del ciudadano al Registro Oficial, el mismo que a través de su página virtual debería ser de uso libre y sin costo.
Algunas cifras aproximadas preparadas por el suscrito revelan el número de disposiciones expedidas por la Asamblea en el período 2009–2015. Un total de 102 leyes con 9 460 disposiciones distribuidas así:
5 815 artículos; 335 generales; 475 transitorias; 1 088 reformatorias; 1 639 derogatorias (muy bien); 109 finales; leyes codificadas: 0. Para lograr un total nacional, habría que agregar miles de disposiciones de muchas leyes anteriores vigentes desde varias décadas, sin calidad, desactualizadas, y confusas. Ejemplo: el Código del Trabajo.
Sería interesante evaluar las leyes periódicamente, y reconocer su complejidad, aplicación, y beneficio, mediante Comités Público –Privados especializados en los temas de mayor trascendencia para la colectividad.
Leyes simplificadas y meritorias para la sociedad permitirían el oportuno cumplimiento, menores conflictos y sanciones, juicios rápidos, y así contribuir al progreso y estabilidad deseados.