Escribo esta carta para referirme al artículo “Tórtolas vs. Escopetas”, de Enrique Ayala Mora (EL COMERCIO / 18/03/2016), ya que sus acotaciones más parecen hechas en un extenso terreno sembrado de bombas, que explotan solo al poner los ojos para leer. He aquí dos de las más contundentes:
1. “Mientras en otros ámbitos de América Latina la reacción popular contra la corrupción hace tambalear gobiernos, en nuestro país parece que todavía no hay una respuesta masiva ante la impunidad. Y lo que es peor, todo el aparato del Estado se organiza cínicamente para impedir la fiscalización”; y,
2. “El caso llamado Manduriacu es una prueba de lo que sucede. La Comisión Anticorrupción detectó irregularidades en la contratación de la construcción de la central hidroeléctrica y las hizo conocer a la opinión pública. Al mismo tiempo acudió a la Fiscalía para que lleve adelante el debido proceso. Pero la Fiscalía, en vez de hacer su trabajo, que es investigar y acusar, buscó argumentos para que el proceso se deseche, mientras los denunciantes eran acosados con denuncias y procesos”.