Cuando menos la Patria lo esperaba. Cuando el pueblo confiaba en recibir nuevos aportes en su beneficio del claro espíritu de Alfredo Pérez Guerrero, he allí que la muerte, siempre injusta y siniestra, arrancó la vida del preclaro Maestro el sábado 19 de noviembre de 1966, hace cincuenta años.
Maestro en las aulas universitarias, en donde vertió las lecciones de su sapiencia jurídica y legal, maestro en la orientación de las juventudes estudiosas, a quienes siempre les entregó las más luminosas enseñanzas, con su palabra y su ejemplo, maestro de los maestros a quienes guiaba con sus obras de ciencia, moral y patriotismo, maestro del pueblo al que llegó con su frase plena de justicia, de encendido afecto por sus destinos y con sus realizaciones concretas en bien de su mejoramiento.
Pérez Guerrero fue uno de aquellos valores humanos que, de vez en vez, surcan los horizontes sociales de la patria, dejando estelas perennes de luz, sembrador de semillas promisorias en los fértiles campos del espíritu de la juventud y del pueblo, su vida fue una sucesión de hechos ejemplares, digna por ello de ser presentada a las generaciones presentes y futuras como una guía efectiva de superación constante, de esfuerzos incansables en favor de la cultura nacional, de la educación popular, del progreso del Derecho y de la justicia social.
Escritor, pedagogo, tratadista jurídico, periodista, parlamentario, político democrático, administrador justo y eficiente, maestro a cabalidad, jurisconsulto destacado, académico de la Lengua, el doctor Pérez Guerrero se adentró con seriedad y extraordinaria capacidad en los más variados órdenes del pensamiento y de la acción.
Fue el rector de rectores de la universidad ecuatoriana. Sus últimos pensamientos los dedico a su “Universidad Ultrajada” y sentenció lo siguiente: “Se ha suprimido la autonomía universitaria. En adelante hay un puñal o un garrote o una amenaza sobre las Universidades, a fin de que solamente piensen y digan lo que no disguste al Gobierno de turno. Gobierno de turno que cambia frecuentemente. Que unas veces es liberal, otras es socialista y otras reaccionario. La Universidad habrá de adaptar su lenguaje a cada cambio de Gobierno o de Ministerio”.
“La aventura ha terminado, un hombre, una obra, un mensaje”..