El Ex Presidente Correa ha emitido un criterio sobre la decisión del actual Presidente, de crear una Comisión Anticorrupción.
La crítica, dice, es por haber “claudicado en cuanto a institucionalidad y soberanía”.
Asumo que se refiere a que se debía seguir el procedimiento de dejar la actividad anti corrupción en manos del Consejo de Participación Ciudadana y Control Cívico de la Corrupción.
Sinceramente no puedo entender que no pueda ver que dicha comisión no funcionó para nada. No es un ente que represente a la ciudadanía, no ha mostrado su valía: autoridades que ha nombrado luego de un proceso de selección, que aparecen como acusados de actos de corrupción, una labor de investigación de la corrupción totalmente nula (vean los resultados en los escándalos originados en información externa).
La verdad es que todos los mecanismos de selección que se implementaron por mandato de la Constitución de Montecristi, han sido un verdadero fracaso: el anterior Fiscal, que no pudo encontrar el camino para detectar los culpables del caso Odebrecht, el Contralor, hoy está acusado de corrupción, jueces que no merecen ser llamados tales por sus ejecutorias, como condenas y sentencias impropias de una justicia imparcial (algunos, no todos), fiscales que bailan al son que les tocan y acusan a quienes les ordenan acusar (algunos, no todos), en fin, un verdadero desastre que amerita una nueva Constitución.