Dos aviones

Presidente: Lo digo con el respeto que se merece, aunque no coincida con su política. La Presidencia dispone de dos aviones que, sin contar con los gastos de mantenimiento, tienen un valor superior a los USD 80 millones. Para que se justifique semejante inversión, usted tendría que viajar, mínimo, 160 veces al exterior en los meses que le quedan, lo cual implica 14 viajes mensuales. Ni James Bond puede hacer tantos.

Hagamos proporciones. Tener 80 millones en dos “instrumentos de trabajo” es como el padre de familia que, con un salario básico, posee dos Mercedes para ir a la tienda de la esquina. O la dama que se compra un anillo de USD 100 000, para tomarse un café de cinco, con su amiga.

Pero, ya ni siquiera es el precio. Es el ejemplo. Políticamente, es mucho más conveniente que, al menos, anuncie su venta. Después, puede aducir que no ha sido posible. Su decisión de mantener los aviones, lo digo sin ningún juicio de valor, no es estratégica, no conviene a su futuro, público o privado. Póngase a pensar que a su sucesor, cualesquiera que sea, le conviene negociar esos aparatos. Imagínese a Glas, Moreno, Rivadeneira, Serrano, conservando “los instrumentos”. Mal comienzo.

Si usted cambia de criterio, de dónde quiera que esté (mientras no se justifique lo contrario, es libre de viajar) podrá, con su carácter, clamar a voz en cuello, para que su sucesor se deshaga de algún bien inútil. Pero, si por capricho o lo que fuere, los mantiene, de entrada ya perdió escenario.

Presidente; Soy una persona adulta mayor – es una torpeza llamarnos de ‘tercera edad’- que, serenamente, aprecio que de gana se mete en líos. Por lo menos, evítese este.  

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