Con el aplauso de la ciudadanía el Presidente Moreno anunció la implementación de un sistema de austeridad en todo el sector público, habida cuenta que del Presupuesto del Estado se nutren todas las Instituciones, inclusive las del Gobierno autónomo y descentralizado y que es el Ejecutivo el que asigna los recursos.
Esperemos que esto se cumpla, pues, al menos en el acto de posesión del nuevo Mandatario se olvidó el ofrecimiento, tal vez porque fue coordinado por las autoridades salientes.
Es que como dice el actual Ministro de Trabajo para gastar menos, no hace falta siquiera despedir empleados, pues “sería suficiente contar con menos carros, menos publicidad, menos viajes, menos gastos innecesarios”, pues no hay que olvidar que solo el Gobierno Central necesita mensualmente cerca de 2 500 millones de dólares para cubrir sus necesidades y a través de impuestos apenas recibe la mitad.
De ahí que debe ser analizada con austeridad la idea de reemplazar los 6 Ministerios Coordinadores con siete Consejos Sectoriales, añadido el de Habitat y Ambiente, a más de que el de Política Económica no sería dirigido por el Ministro de Finanzas, como hubiera sido lo lógico, sino por otro funcionario, talvez escogido por el Presidente saliente.
Está pendiente la presentación del nuevo Presupuesto del Estado a la Asamblea y es indispensable ya no seguir financiando los gastos corrientes con reservas de la Seguridad Social o del Banco Central o recortando las inversiones, porque el petróleo no va volver a venderse a 100 dólares el barril y los gastos no pueden seguir sustentándose en el monto asignado en el ejercicio anterior, sino en las necesidades “indispensables” de cada dependencia partiendo, en cada caso, de un “presupuesto cero”.