Primeros signos
Cuando alguna agrupación política ha sido gobierno y ha practicado algunas actividades, como por ejemplo la persecución a periodistas, implementando una absurda ley de comunicación, ideada para controlar la opinión pública, no es posible que se pueda confiar en que no lo volverán a hacer.
El afán de controlar la opinión pública, por lo general, lleva el germen oculto de evitar que se hagan públicos actos de corrupción, aplicando leyes en contra de quienes empiecen a oponerse a los que están en el poder.
Los primeros signos ya se manifestaron: la candidata del segmento político que ya estuvo en el poder y que utilizó esta herramienta, manifestó que se iba a establecer control en las redes sociales, y, luego un afiebrado asambleísta electo por la misma agrupación política, salió a decir que se iba a promover la creación de una ley de comunicación. Se entiende, pro la naturaleza de las filiaciones políticas de quienes así se manifiestan, que sería una ley muy similar o igual a la que ya promulgaron durante sus años de gobierno anteriores.
Quienes amamos la libertad de expresión, y nos sentimos con derecho a decir lo que pensamos, jamás aceptaremos que se reprima esa libertad. Quienes somos independientes y no aceptamos imposición de ideas, debemos luchar porque no vuelva a ocurrir una barbaridad como la mencionada ley de comunicación que se impuso al pueblo durante el gobierno de la agrupación política que hoy, abiertamente está proponiendo volverla a implementar.
Los hombres de libre pensamiento y expresión no se someterán jamás a un modelo que propone “hombres nuevos” y que cree que estos hombres nuevos deben ser sumisos a un poder, son el reflejo de las tiranías añoradas y ya vigentes en países como Venezuela, Cuba o Nicaragua, que abiertamente han defendido esos regímenes y los han ponderado como ejemplos del buen vivir, países donde existe solamente la prensa que depende de sus gobiernos, donde se criminaliza la opinión de quienes no comulgan con sus ideas, y, pensar que a eso es lo que ellos llaman democracia.
Sinceramente, no he podido entender hasta ahora cómo se puede llamar democracia a regímenes tiránicos, totalitarios y absolutistas, más parece que quienes así los llaman, no han podido analizar apropiadamente los conceptos de democracia.
No olvidemos las expresiones de la hoy candidata a la presidencia de la república cuando dijo que los venezolanos que habían huido de Venezuela y se habían quedado en el Ecuador, estaban saliendo despavoridos a regresar a Venezuela porque allá las condiciones de vida eran mejores que en el Ecuador, tampoco olvidemos a una desaparecida María Fernanda Espinosa que fue, muy complacida, a adular la reelección de Daniel Ortega en Nicaragua.
Las manifestaciones públicas de una candidata a la presidencia y de un asambleísta electo sobre el control de la opinión, son los primeros signos de lo que nos esperaría si esa candidata es electa presidente de la República
José M. Jalil Haas