La importancia del voto útilÂ
Quienes creemos conocer el momento polÃtico que atraviesa el paÃs, sabemos que el debate último entre los candidatos presidenciales, debÃa cumplirse y que estaba dirigido especialmente a los ciudadanos que no concurrieron a las urnas o que optaron por voto nulo o en blanco, puesto que su voto –en esta oportunidad- es crucial para definir el destino del paÃs. Por tanto, es necesario recordarle a ese conglomerado su obligación de ser coherentes con las causas del paÃs, y su deber cÃvico con la sociedad que los acoge.Â
En cuanto al debate, fue ofensiva la actitud de la candidata González, quien -al más puro estilo de su mentor, Correa- se dedicó a proferir infundios y términos peyorativos en contra del candidato Noboa, dejando entrever su falta de argumentos y de propuestas para recuperar la economÃa y la seguridad del paÃs. Se dejó llevar por la urgencia de ofender al contrincante, hasta el punto que equivocó los papeles y no siguió el curso normal del debate, luciendo como una majadera propensa al berrinche, que provocó vergüenza ajena, ante la mirada atónita de los televidentes que, a decir verdad, no esperábamos otra cosa de ella.Â
Si embargo, nos ha quedado claro que el candidato Noboa, se manejó con la altura que debe hacerlo un estadista; y, penosamente, una parte del valioso tiempo que pudo haber utilizado para complementar su exposición de logros que son de interés para el paÃs, asà como los planes para el futuro, se vio obligado a ocuparlo en defenderse -con razones, y no insultos- de la injustificada agresividad de la candidata González, quien, en contraste, con sus desenfocadas intervenciones, cumplió a rajatabla con el libreto impuesto por los dueños de su partido; pero en el plano constructivo para el paÃs, no hubo ningún aporte, solo una cansina palabrerÃa que cayó al vacÃo.Â
Angustiosa situación, observar a la candidata intentando cumplir con cada una de las lÃneas del libreto impuesto, a sabiendas de que los oprobios que endilgaba a su contrincante, no tenÃan fundamento, puesto que el candidato Noboa es un ciudadano correcto, a más de ser el presidente constitucional de la República. Triste papel de la ciudadana González, a quien imaginamos consciente de su fracaso, que marcarÃa el comienzo del fin de la farsa del socialismo Siglo XXI, liderada por la conocida gavilla de facinerosos, vendedores de humo que, a cuento de la revolución ciudadana, atracaron las arcas fiscales y pisotearon los derechos y la libertad de los ecuatorianos.Â
Es justo y oportuno relevar la personalidad del candidato Noboa, siempre sereno y revestido de decencia, lo que brinda confianza y positivismo. Y, qué mejor, con la experiencia de conocer más de cerca a los enemigos del paÃs, y saber cómo combatirlos. Su triunfo en las elecciones del 13 de abril próximo, augura tiempos de libertad y democracia para los ecuatorianos.Â
Leonardo Cueva PiedraÂ
La campaña electoral presidencial ha incorporado un actor inédito: la inteligencia artificial (IA). Herramientas avanzadas permiten crear videos alterados, clonar voces y manipular imágenes con realismo alarmante. Este fenómeno no solo desafÃa la credibilidad de los candidatos, sino también la capacidad de discernimiento ciudadano.Â
La IA imita movimientos de labios, tonos de voz y hasta figuras mediáticas para generar contenido falso. Luisa González y Daniel Noboa, favoritos en las encuestas, han sido vÃctimas de montajes que los vinculan con figuras polÃticas extranjeras o declaraciones falsas. Estos materiales circulan masivamente en redes sociales, donde su verificación es lenta frente a su viralización.Â
Aunque plataformas como X tienen penetración limitada, la IA facilita la creación de campañas de difamación a bajo costo. Expertos advierten que, aunque no mueven preferencias de indecisos, sà refuerzan sesgos preexistentes. TikTok, con mayor alcance, podrÃa amplificar este impacto, pero aún es temprano para confirmarlo.Â
Frente a esta realidad, los votantes deben adoptar una postura crÃtica. Verificar fuentes, desconfiar de contenidos sensacionalistas y evitar compartir información no contrastada son medidas clave. La educación digital se convierte en un pilar para evitar que la desinformación distorsione el debate público.Â
El Consejo Nacional Electoral y medios de comunicación enfrentan la tarea de contrarrestar estos fenómenos. Sin embargo, la velocidad de las redes sociales supera con frecuencia los mecanismos de verificación tradicionales. Se requieren protocolos ágiles y colaboración internacional para combatir estas prácticas.Â
La experiencia ecuatoriana sirve como alerta regional. La IA, herramienta de progreso en otros ámbitos, aquà evidencia su lado oscuro. La democracia digital exige no solo innovación tecnológica, sino también mecanismos éticos y ciudadanos para garantizar elecciones libres de manipulación.Â
Roberto Camana-FiallosÂ