Un plan maestro de electricidad
A propósito de los apagones, se ha escuchado, con mucha frecuencia e intensidad, los reclamos de un sector político y su líder, la mención a un Plan Maestro de Electricidad que ellos dejaron hecho durante su gobierno que duró diez años.
Yo tengo la certeza que un plan maestro, en el campo que sea, es una guía que se debe utilizar, y, que por supuesto, resultaría muy útil de poderlo implementar. Por supuesto que su contenido debería estar acorde a la realidad: necesidades futuras, etapas de implementación.
Sería bastante bueno que no solamente se mencione la existencia de dicho plan, sino que, a grandes rasgos, se nos explique el contenido: ¿Qué construcciones se preveían en el plan?, ¿Cuánta cobertura tenía cada etapa?, ¿En dónde se proponía construir las diferentes etapas?
Tenemos que, en la etapa ejecutada en el gobierno de Correa, se privilegió la construcción de centrales hidroeléctricas, principalmente en la cuenca oriental de la cordillera de los Andes. Un verdadero plan debería contemplar un balance de estas construcciones: ¿Se plantea en ese plan maestro la construcción de centrales hidroeléctricas en la cuenca occidental, como contraparte? ¿Se plantea la construcción de centrales con base en fuentes renovables? ¿Dónde?, ¿Cómo? ¿Cuáles fuentes no renovables?
Nada de esto nos mencionan, y, tampoco, cuáles fueron los recursos asignados a esas construcciones, y el financiamiento para hacerlos, considerando que ese mismo gobierno dejó comprometidos los ingresos petroleros por lo menos hasta 2025. ¿Cómo se debía ejecutar el plan maestro? La única respuesta sería: aumentar impuestos o adquirir deudas para esas construcciones: ¿aguantaría la economía ecuatoriana estas medidas?
Un plan, para que sea maestro, debe cubrir y responder, al menos, todas esas preguntas. Me encantaría que cuando se lo mencione se dé, de manera sucinta, todos los detalles que responden a las preguntas planteadas. Me gustaría unirme al coro de alabanzas a un plan maestro bien hecho.
José M. Jalil Haas