Laudato si, mi signore
Hay una hermosa carta encíclica, es decir, una carta pública del Papa Francisco, que ha fallecido la madrugada del lunes 21 de abril de 2025.
LAUDATO SI, MI SIGNORE, “Alabado seas mi Señor”, del Santo Padre Francisco, fue publicada en mayo de 2015, trata sobre la Casa Común, el cuidado del entorno natural y de todas las personas, sobre la relación entre Dios, los seres humanos y la Tierra. LAUDATO SI, MI SIGNORE, era una alabanza que cantaba el Santo Francisco de Asís, en ese hermoso cántico nos recuerda que nuestra Casa Común es como una hermana, con la cual compartimos nuestra existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: “Alabado seas, mi señor, por la hermana, nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, nos gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas”.
Este LAUDATO SI, MI SIGNORE, está contenido en un hermoso y extenso texto del Papa Francisco, que incluye el Evangelio de la Creación y el Misterio del Universo, La Raíz Humana de Crisis Ecológica, y El Principio del Bien Común, etc. Más algunas Líneas de orientación y Acción. Contiene una extensa bibliografía, Este texto nos ayuda a comprender lo que hemos hecho y lo que debemos hacer por nuestro Planeta Tierra. Al final propone dos bellas oraciones por nuestra Tierra y por la Creación.
Francisco, el primer franciscano en llegar al Papado. Decía: “No importa la iglesia, importa tu fe en el único Dios, el Dios de todos”. Sus 3 rasgos eran: Discernimiento, Espíritu Misionero y Servicio a los Demás. Removió y estremeció todos los cimientos de la Iglesia Católica. Fue atacado brutalmente por el ala más conservadora y recalcitrante de la Iglesia, entre otros aspectos, porque predicaba la inclusión de todos, todos, sin distinción. Ahora yace al lado de Dios y de su amada madre Santa María la Mayor, Iglesia donde ha dispuesto ser enterrado. Descansa en Paz Papa Francisco.
Mercedes Regalado
Cuando la afinidad ideológica obnubila
Cuando una persona ejerce el poder democrático en un país, debe mostrar a su pueblo y al resto del mundo su equilibrio emocional, lo que representa la dignidad y la majestad del poder. Si nosotros permitimos que, de manera irreflexiva, se antepongan las emociones a las razones, estamos demostrando problemas con nuestro equilibrio emocional. Esto es impropio de un mandatario.
La visión, tanto física como mental, es clara, no permite que se interpongan nubosidades en su alcance visual. Hemos visto con pesar que, mandatarios de otros países, como Colombia y México, han permitido, sin ninguna prueba sólida, que se antepongan sus afinidades ideológicas a los análisis razonados. Del Mandatario Venezolano no vale la pena ni siquiera mencionarlo: una persona que jamás se preocupó de mostrar las actas para confirmar los resultados electorales, una persona que públicamente dice hablar con pajaritos, una persona que cree que son cinco los puntos cardinales, no puede expresar de manera equilibrada sus opiniones. Quienes se dicen o seguidores de él, o simpatizantes de él, no merecen la confianza del voto popular, pues comulgan con estos dislates.
También enfrentamos manifestaciones irracionales internas: personas que dicen, de manera grosera, vulgar, que “si un idiota está en el poder, es porque el pueblo está bien representado” (un insulto abierto a los contrarios), o, que se dedican a insultar de manera grotesca quienes votaron por la opción contraria a la de ellos. La democracia permite discrepar entre iguales, pero que no se venga, bajo el pretexto de discrepar, a enarbolar insultos, descalificaciones, empezando por exmandatarios ecuatorianos, o, por asambleístas electos.
En esencia, la democracia está hecha no solamente para votar, si no, para aceptar derrotas, para discrepar con altura, para hacer campaña de manera educada, para demostrar cultura y altura intelectual, quienes recurren a artimañas bajas, irracionales, no son demócratas.
Si se es mandatario de un país, se debe recurrir al máximo equilibrio, se debe mostrar tolerancia, y, por sobre todo, se debe escuchar con imparcialidad a las dos partes para poder emitir un criterio, no solamente con una versión parcializada, dejarse empujar a opinar, afectando las relaciones bilaterales, solamente por causas ideológicas, como hace el señor Maduro.
José M. Jalil Haas