¡Aluvión en el Valle de Uravía!
“La vida se parece mucho a un río muy crecido, si no actúas a tiempo lo verás todo perdido.” (Alejandro Díaz Quero, 2021)
El día sábado cinco de abril del 2025, en horas de la madrugada, se produjo una fuerte crecida del río Uravía que atraviesa el valle del mismo nombre, ubicado en la parroquia de Checa, todo esto como producto de un represamiento de las aguas del río, en la parte alta de la quebrada, por el sector de Iguiñaro, causando un aluvión de grandes proporciones, al desfogarse el agua hacia el valle, llevándose a su paso, troncos, carrizos, basura y un árbol de considerable tamaño, el que aún se encuentra varado en el río.
El flujo de barro, lodo y rocas inundó un lote de terreno que se encuentra a escasos metros del lecho del río, siendo justamente este lote afectado, el sitio escogido por la Empresa Pública Municipal de Agua Potable y Saneamiento (EPMAPS), para la absurda e inconsulta pretensión de construir una planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) en la parroquia de Checa.
El sitio para la planta – que, dicho sea de paso, fue escogido “a dedo” por los técnicos de la EPMAPS -, es una quebrada altamente sísmica, donde hubo una mega explosión el treinta y uno de marzo de 1964, evento que causó pánico entre los habitantes del valle y que llamó la atención de la prensa de esa época, hace más de sesenta años.
Para la supuesta ubicación de la planta de tratamiento de aguas residuales, la EPMAPS – de la cual es presidente el alcalde de Quito, PABEL MUÑOZ LÓPEZ -, contrató un costoso estudio de factibilidad a una consultora internacional, en un claro abuso de fondos públicos, ya que, con la simple lectura del informe de regulación metropolitana (IRM) del lote escogido, se podía advertir que el valle de Uravía no era el lugar idóneo para la ubicación de la PTAR, ya que el predio goza de Protección Ecológica (PE), y que además tiene las siguientes afectaciones y protecciones: 1) QUEBRADA ABIERTA, 2) RIBERA DE RÍO, y 3) PROTECCIÓN DE ACCIDENTE GEOGRÁFICO.
La pregunta que surge de cajón es: ¿dónde queda la necesaria gestión de riesgos para prevenir desastres ecológicos, e identificar, evaluar y mitigar amenazas que puedan causar daño al medio ambiente, previo a escoger los sitios adecuados para la construcción de una PTAR?
Esperemos que esta nueva señal que envía la naturaleza haga ver a las autoridades municipales, del grave riesgo de pretender construir una planta de tratamiento de aguas residuales a orillas del rio Uravía, y que se busque otra alternativa para la construcción de la PTAR – Checa, como, por ejemplo, el sitio escogido por la consultora ACCIONA hace varios años, sobre un predio que no tiene protección ecológica alguna (predio no. 5151055).
El plan de trabajo presentado al CNE por al actual alcalde, al hablar de ríos y quebradas, ofrece “establecer el plan de rehabilitación, recuperación y sostenimiento de quebradas, generando biocorredores que involucren un importante componente social, sostenible y turístico.” Y, efectivamente, el cabildo dio el primer paso al aprobar la ORDENANZA VERDE AZUL, con fecha cuatro de julio del 2023, a inicios de la presente administración municipal.
Pretender construir una planta de tratamiento de aguas residuales sobre un ecosistema frágil, lleno de humedales, árboles centenarios y fauna en peligro de extinción, además de ser un yacimiento arqueológico debidamente inventariado, es una clara violación al plan presentado y a la ordenanza “verde – azul” en su integralidad, causales más que suficientes para poder solicitar la revocatoria del mandato del alcalde, PABEL MUÑOZ LÓPEZ, por incumplimiento de su plan de trabajo.
Alfonso López J.