¡No queremos perder la democracia!
Escribo estas líneas como un ecuatoriano más que no desea ver a nuestro país en manos de quienes lo destrozaron, robaron y entregaron a las bandas delincuenciales. Un botón de muestra. Ellos utilizaron el poder para extorsionar a las empresas contratistas, esto se comprobó en el juicio con documentos, videos y testimonios de empresarios y personeros de Odebrecht. Solo con este vergonzoso caso ya quedan descalificados para dirigir al país nuevamente, por su falta de calidad moral y ética.
Pero hay más. Sobreprecios en las contrataciones, pregunten a CPY o visiten la Refinería del Pacífico. Abrieron la frontera para que ingresen extranjeros sin pedir pasado judicial. Sacaron la base de EE.UU. de Manta con un falso patriotismo, y hoy estamos pagando las consecuencias. Pero lo peor de todos los males que nos impuso el correísmo, fue la tabla de tenencia de droga, supuestamente para no castigar a los consumidores, que terminó con droga en escuelas y colegios. Analicemos: Si el Estado autoriza portar una cantidad mínima de droga, está autorizando la compra-venta. ¡Bingo! ¿A quién favoreció?
Hay quienes niegan esta realidad y le dan la espalda al Ecuador. No quieren ver el fracaso de la izquierda en Cuba, Nicaragua y Venezuela, donde iniciaron ofreciendo justicia social y terminaron en dictadura. Destrozaron la libre empresa, es decir, menos trabajo y más pobreza. Poco a Poco suprimieron la libertad de expresión. Torcieron la voluntad del pueblo en las urnas. Al no tener credibilidad, no llegan las inversiones extranjeras. Los únicos que pasaron de pobres a ricos son los que manejan el poder.
Son tiempos difíciles para la democracia. No se trata de salvar a Noboa, se trata de salvar al país, un país con empresa privada fuerte para seguir generando más empleos, donde se pueda vivir sin miedo, donde todo emprendimiento progrese, que el norte sea la reactivación económica y la llegada de capitales, mejorando la calidad en salud, educación y seguridad. No queremos de presidente a quien ya ofreció la libertad de Jorge Glas. Votemos por amor a nosotros mismos, por el país.
Julio César Navas Pazmiño