La Navidad es amor

Recordar el nacimiento de Jesús es un buen motivo para tener siempre presente que Dios es amor. La máxima expresión de este amor de Dios al mundo se consuma, precisamente, cuando nos entrega a su Hijo en forma humana. Jesús predica en la Tierra un mensaje cargado de amor al prójimo y esperanza, de fe y consuelo, de alegría y salvación.
Dios, por medio de la Biblia, en el libro de Corintios, nos dice lo que es el amor: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser”. Hermosa definición la que se nos ha dado, pero depende de nosotros ponerla en práctica, sembrarla en el día a día, cuidarla en todo momento, para luego cosecharla en cada acto de nuestras vidas. Indudablemente que tendríamos un mejor si el amor fuera la razón de ser de nuestras acciones: vivir para servir, dar antes que recibir, perdonar antes que exigir, hacer la paz antes que la guerra. Que esta Navidad sea un buen momento para sembrar amor en nuestros corazones, para así irradiar la luz de Dios en la sociedad.

Suplementos digitales