Llevamos dos meses de confinamiento a partir de la suspensión de clases presenciales; sin embargo, la educación a distancia en hogares de profesores y estudiantes continúa. Esta emergencia, cambió repentinamente el rol del profesor; de una metodología presencial, a asesoramientos, atención personalizada de todos los días.
Yo aplaudo porque, de un día a otro, los profesores montaron todo un sistema de educación presencial en un rincón de sus casas, para continuar prestando sus servicios ininterrumpidos. Sin embargo en ésta continua improvisación; los profesores están invirtiendo de su propio bolsillo, el pago de internet, consumo de luz e incluso adquisición de computadoras.
Esta labor diaria, que lleva a los profesores más horas de las acostumbradas; que, en clases presenciales, no bajan la guardia y continúan por amor a su profesión. En realidad, muy pocos reconocerán su trabajo; y muchas veces padres de familia, se quejarán, porque reciben a diario mensajes de whatsapp, de las tareas; que deberán cumplir sus hijos.¡Yo aplaudo a los profesores, a pesar de su bajo salario, logran animar a sus estudiantes! ¡Yo aplaudo a los profesores, por darle a la educación su lugar ante esta época de crisis!