Es una sentencia popular que equivale a ‘inventar el agua tibia’. “IESS hará cirugías fines de semana” se lee en gran titular en ÚLTIMAS NOTICIAS (16-I-08).
Durante el gobierno de Sixto Duran Ballén (1992-1996), el señor Mauricio Pinto, a nombre del Conam (Consejo Nacional de Modernización del Estado), intentó privatizar el IESS queriendo imitar al sistema chileno. La consulta popular le dijo no a la segunda pregunta sobre el IESS y allí terminó todo: las empresas que gobernarían el dinero del Instituto empezaron a quebrar al día siguiente.
En mi condición de Presidente de la Federación Nacional de Médicos del IESS, elaboré con mi equipo el ‘Plan de Compra de Servicios Internos en los Hospitales del IESS’, con el fin de solucionar las cirugías represadas, que solo en el Andrade Marín ascendían a 3 000.
Los cirujanos a quienes pregunté qué hacían los fines de semana, me respondieron: limpio el carro, voy al mercado, peleo con mi mujer, etc. A la propuesta de ganar algún dinero operando noches, fines de semana y festivos, se sintieron atraídos y el programa bien hecho y aprobado (lo tengo en mis archivos) por el Consejo Superior y comentado favorablemente por la prensa del país se puso en ejecución.
El primer revés fue la queja de establecimientos particulares que se verían afectados económicamente y el segundo y más grave, la exigencia de los cirujanos de que se les pague inmediatamente por su trabajo. Capaz que querían una ventanilla ‘pagadora’ en la puerta de los quirófanos. Obviando la exageración, así debía ser, pero como se puede imaginar, imposible.
En los actuales momentos, toneladas de papeles se requieren para que clínicas cobren su dinero bien justificado desde hace años. El dinero sustraído al fondo de pensiones para cancelar esas deudas, jocosamente irá a los chinos para que construyan hospitales en 1 año (?).
La idea luminosa de revivir esta vieja solución de hace 22 años por un Gobierno que no conoce los hospitales irá al fracaso y cuando los veo discurseando sobre lo fácil que resulta ahorrarle dinero al IESS prescindiendo de la ayuda externa, discurro piadosamente que: ‘Se les apareció la Virgen’.