Cuando te posesionaste te escribí una primera carta preguntándote qué ibas a hacer con el juez ‘Flash’ Paredes. A los dos meses, en tiempos de ‘Chucky Seven’, te volví a escribir pidiéndote urgentes rectificaciones, porque me parecía que estabas quedando mal, y te recordaba que tendrías la opción de retirarte para no avalar con tu presencia lo inaceptable, lo vergonzoso, lo feo.
Hoy, vuelvo a escribirte para decirte que ya no me caben dudas de que tu presencia al frente del Consejo de Judicatura Transitorio, junto a los otros dos comisionados, responde a oscuras consignas para someter a la Función Judicial a la voluntad e intereses de quien se dice ser el “jefe de todas las funciones del Estado”.
El juez Paredes se burla de todos y ni siquiera comparece cuando se lo cita; sancionaron a los jueces que permitieron el peritaje al computador del juzgado; y ahora destituyen a la presidenta de la Corte de Guayaquil, juez natural de Paredes. Todo está demasiado claro. Abajo las máscaras.