He leído la crítica del Dr. Carlos Freile G., publicada el 3 de marzo, a mi artículo sobre el alfarismo. Y no sé si reírme o indignarme ante tal colección de falacias. Una falacia es una verdad a medias, es decir, una mentira a medias. Y el criticón plantea varias de gran tamaño: 1ª.Nunca dije que Alfaro creara la educación pública en el país, sino una “pública, laica y gratuita”. 2ª.Tal educación no existió antes de Alfaro, como tampoco existieron normales integrales y laicos, entidades que no se reproducen por ‘semillas’, como él cree. 3ª.Es verdad que García Moreno creó un Conservatorio, pero este existió solo entre 1870 y 1877, año en que fue clausurado por falta de recursos económicos. Luego de 23 años, Alfaro creó, por decreto del 26 de abril de 1900, el Conservatorio Nacional de Música que existe hasta hoy. 4ª.También es cierto que GGM creó una Escuela de Bellas Artes, pero el criticón oculta que antes hubo otra similar, creada por el liberal Rocafuerte, y que, después de 1877, no quedaba ninguna. Así, pues, fue Alfaro quien creó la nueva Escuela de Bellas Artes en 1904, lo que, según Trinidad Pérez, permitió ‘establecer la educación artística de modo permanente’. 5ª.Tan marginadas de la educación estaban las mujeres que Alfaro tuvo que dictar, en 1895, el Decreto Supremo Nº 5, permitiendo que la Sta. Aurelia Palmieri ingresara a la universidad. 6ª.Hubo colegios militares antes de Alfaro, pero tampoco persistieron. Fue el suyo el que se sostuvo en el tiempo y aún existe. En fin, queda probada la triste colección de falacias del Dr. Freile, quien vanamente busca disminuir la dimensión histórica de este héroe nacional.