El presidente Correa en su última visita a Guayaquil para verificar los avances de la construcción del Hospital de Monte Sinaí ha manifestado que “la salud es un derecho y el responsable de su cumplimiento es el Estado”, así mismo dijo “nunca más la salud como caridad”. Estas expresiones reflejan el verdadero sentido de concebir la salud, este derecho debe ser respetado y fortalecido a través de todas las instituciones sanitarias que laboran en el Ecuador y que ninguna persona sea excluida ni menospreciada en el acceso fácil y oportuno a sus servicios. La caridad ha sido tradicionalmente una faceta social dirigida especialmente a los pobres y menesterosos desde tiempos de la Colonia y los hospitales eran de beneficencia y ayuda a los menesterosos, se recuerda al hospital San Juan de Dios o de la Misericordia de Quito de hace dos centurias que albergaba a cientos de pacientes y pobres que necesitaban atención médica y hospitalaria, al igual que ayuda social y espiritual. Las cosas han ido cambiando con el tiempo y hoy vemos cómo se han construido hospitales modernos, centros y subcentros de salud y que ha ido desapareciendo la palabra “caridad” para otorgarle la categoría de “derecho irrenunciable” de los usuarios que son todos los ciudadanos que habitan este país. Si bien el gobierno ha destinado enormes sumas de dinero al MSP para mejorar su infraestructura y dotar de mejores servicios, hace falta una mejor planificación y sectorización de los mismos para evitar la congestión hospitalaria y el desplazamiento de los pacientes a centros muy distantes, esto tiene también que ver con dotarles de los recursos suficientes y de gran nivel tanto profesional, administrativo y auxiliar para que su atención sea excelente.